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domingo, 3 de septiembre de 2017

NO HAY DUDAS DE QUE ESTAMOS VIVIENDO A CONTRAMANO DE LA HISTORIA

 

Seguramente, este interrogante que formulo no involucra a la totalidad de los argentinos. Lo más adecuado sería afirmar que un sector de los argentinos está viviendo a contramano de la historia. Lo que aqui digo tiene relación con los 31 detenidos por los violentos episodios registrados en Plaza de Mayo, que se produjeron al término  de la marcha en reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado.


Al margen de la exagerada manipulación política que se le está efectuando a la cuestión central, los gravísimos incidentes producidos después adquirieron una violencia inusitada, produciendo serios destrozos. La acción vandálica que se produjo fue injustificada y previamente preparada. Todavía no se escuchó a ningún sector político de la oposición repudiando estos episodios.


Pero lo que merece ser destacado es el hecho de que los familiares y quienes no son familiares (léase sectores políticos) organizaron concentraciones frente a los lugares donde están los detenidos y en Comodoro Py, donde luego fueron trasladados para tomarles declaración.


Protestan por la detención de estas personas y exigen su inmediata libertad. Aparecen por televisión abogados que dicen ser defensores de los detenidos, lanzando una verborragia política contra el gobierno. ¿Son abogados o son militantes políticos?


Uno de esos abogados, Ismael Jalil, llegó a decir que no hay ningún detenido que esté directamente vinculado a los episodios de violencia (¡?). Todo el mundo vio por televisión cómo la policía detenía a quienes arrojaban piedras y todo tipo de objetos a las fuerzas de seguridad. ¿Ninguno de ellos está vinculados a los hechos violentos?


También con este episodio de la detención de 31 personas se está efectuando una manipulación política. Los acusados de intimidación pública, atentado y resistencia a la autoridad están respaldados desde el exterior de Comodoro PY por cientos de personas, que exhiben todo tipo de cartelería política. Si esto no es político, debe ser algo muy parecido...


Es evidente que desde la óptica de esta gente y de cierto sector político, los vándalos pueden cometer cualquier atropello y no deben ser detenidos. Ese es el país que ellos quieren, un país anárquico, donde prevalezca la fuerza del más poderoso.


La cuestión política se está metiendo fuertemente en todas las cuestiones de resonancia pública. Lamentablemente, hasta octubre, los argentinos seguiremos viendo este tipo de episodios.

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