En horas de la madrugada, las juezas Sabrina Namer y Gabriela López Íñiguez firmaron la excarcelación tanto de Luis D'Elía como de Carlos Zannini, por considerar que "la circunstancia de que este caso tenga relevancia pública no permite, por sí, justificar la prisión preventiva", entre otras cosas.
A plena luz del día, y con todo el periodismo esperando, salieron de la cárcel primero Zannini y luego D'Elía. Los podrían haber dejado en libertad en horas de la madrugada, para evitar el show que se armó con la salida de cada uno de estos procesados, donde uno lloró ante las cámaras, diciendo que estuvo detenido "por voluntad de los que mandan", y el otro descargó toda clase de disparates, pretendiendo expresar que estuvo preso en un gobierno dictatorial.
Pero el show principal fue el que se vió en Plaza de Mayo, donde aparecieron los dos encubridores liberados y además subieron al estrado a saludar, siendo ovacionados por la masiva presencia kirchnerista que hubo en ese acto. No fue una reunión para recordar el 24 de Marzo, fue sin duda alguna un acto netamente opositor al gobierno. El aporte de la justicia a este acto, fue sumamente significativo.
La justicia sigue sumando rencores que se acumulan en la sociedad argentina. La gente piensa que, poco a poco, todos los corruptos que todavía se encuentran detenidos, van a ir recuperando su libertad. Si Lázaro Báez queda libre, habrá que decir cartón lleno. Y es muy probable que los argentinos lleguen a decirlo...
La capacidad de sorpresa en Argentina ya ha sido desbordada hace mucho tiempo, de manera que frente a nuevos acontecimientos, habrá que tomarlos con toda naturalidad...
Con más de dos años de un nuevo gobierno, desde esta columna sigo expresando exactamente lo mismo que señalaba durante el gobierno anterior: estamos viviendo en un país al revés.
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